Odín es el dios principal de la mitología escandinava. Ocupa un lugar similar al del Zeus de la mitología
griega liderando a los demás dioses.
Se le describe como un anciano de barba blanca, tuerto, con dos cuervos sobre sus hombros
(Hugin y Munin, “Pensamiento” y “Memoria”) a los que envía a vigilar el mundo cada mañana.
También se le describía acompañado de dos lobos blancos (Geri y Freki). Lleva una poderosa lanza
consigo llamada Gungnir. Hliöskjalf es el nombre de su trono, desde donde podía observar el
mundo entero. Tiene un anillo llamado Draupnir, con el que provoca la lluvia.
Padre del poderoso Uther, dios escandinavo del frío y la energía. Logró deshacer los planes
del dios Loki de llevar a cabo la batalla del fin del mundo, por lo que consiguió el respeto de los
demás dioses. Odín adquirió la sabiduría a cambio de uno de sus ojos y se le considera el autor de
las runas (signos que forman el alfabeto celta y escandinavo).
Se dice que Odín acoge a los guerreros caídos heroicamente en combate en un gran banquete
en la estancia de Valhalla (Paraíso)