lunes, 13 de enero de 2020

Texto expositivo. Con estructura deductiva

“Actualmente, no hay forma de predecir con fiabilidad cuándo ocurrirá un terremoto, su fuerza o longitud. Estos pueden variar en su magnitud, el tamaño del terremoto en su epicentro y la duración.

Para predecir un terremoto se necesitarían señales precursoras inequívocas. En el pasado, los sismólogos observaron algunos cambios en el medio ambiente antes de los terremotos.
Por ejemplo, han observado un aumento en las concentraciones de gas radón, cambios en la actividad electromagnética, cambios geoquímicos en las aguas subterráneas e incluso comportamiento animal inusual.
Desafortunadamente, todas las señales estudiadas ocurren erráticamente. En algunos casos, los terremotos fueron precedidos por uno o pocos cambios. En muchos otros casos, no se observó ninguna señal particular.

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